El Velo: Más allá de la cortina del sueño.
Las Mil Legiones :: Ferelden :: Códices
Página 1 de 1.
El Velo: Más allá de la cortina del sueño.
Desde que el hombre tiene sueños, hemos recorrido los tortuosos caminos del Velo, a veces viendo de pasada la sombría ciudad que se encuentra en su centro. Siempre tan adentro como los propios pensamientos pero extremadamente separado de nuestro mundo, se encuentra un reino que pertenece a los primeros hijos del Hacedor: los espíritus. Observan a través del Velo un mundo que no pueden entender y aquellos que codician lo que ven se convierten en demonios. Seducen las mentes adormecidas de los hombres a través del Velo, recreando una angustiosa versión del mundo que ven para poder alimentarse de las vidas que no pueden dirigir.
Puede que sea una suerte que la mayoría de los hombres no recuerden el tiempo que han pasado en el Velo, aunque los magos tienen que cargar con la maldición eterna de verse obligados a recordar. El origen de la magia, el reino de los sueños, la tierra del Hacedor... por todos estos nombres el Velo es, ante todo, el mayor misterio de la creación.
Detesto esa noción de que el velo es una especie de “telón” invisible que separa el mundo de los vivos del de los espíritus. No hay este lado” y “ese lado” en lo relativo al Velo. Uno no puede pensar en él como en una cosa física o una barrera, y menos como en un “muro reluciente de luz sagrada”. En vez de ello, pensad en el velo como si abrierais lo ojos. Antes de que los abráis, veréis vuestro mundo como lo veis ahora: estático, sólido, inmutable. Ahora que los habéis abierto, veréis nuestro mundo como lo ven los espíritus: caótico y en perpetuo cambio, un reino en el que lo que se imagina y lo que se recuerda tienen tanta sustancia como lo real… más, de hecho.
Un espíritu lo ve todo tal y como lo definen la voluntad y la memoria, y es por ello que están tan perdidos cuando cruzan el Velo. En nuestro mundo, la imaginación no tiene sustancia. Los objetos existen con independencia de cómo los recordemos o de las emociones que asociemos con ellos. Solo los magos tienen el poder de cambiar el mundo con su mene, y quizás eso explique la naturaleza de la atracción que los demonios sienten por ellos, ¿quién sabe?
Sea como sea, el acto de atravesar el Velo es más un cambio de las percepciones propias que una transición física. El Velo es una idea, es el propio acto de transición, y solo del hecho de que tanto seres vivos como los espíritus encuentren difícil esa transición explica que se tenga al Velo como a una barrera física.
-De Una disertación sobre el velo como manifestación física, de Mareno, encantador superior del Círculo de los Hechiceros de Minrathous, 6:55 del Acero.
Puede que sea una suerte que la mayoría de los hombres no recuerden el tiempo que han pasado en el Velo, aunque los magos tienen que cargar con la maldición eterna de verse obligados a recordar. El origen de la magia, el reino de los sueños, la tierra del Hacedor... por todos estos nombres el Velo es, ante todo, el mayor misterio de la creación.
Detesto esa noción de que el velo es una especie de “telón” invisible que separa el mundo de los vivos del de los espíritus. No hay este lado” y “ese lado” en lo relativo al Velo. Uno no puede pensar en él como en una cosa física o una barrera, y menos como en un “muro reluciente de luz sagrada”. En vez de ello, pensad en el velo como si abrierais lo ojos. Antes de que los abráis, veréis vuestro mundo como lo veis ahora: estático, sólido, inmutable. Ahora que los habéis abierto, veréis nuestro mundo como lo ven los espíritus: caótico y en perpetuo cambio, un reino en el que lo que se imagina y lo que se recuerda tienen tanta sustancia como lo real… más, de hecho.
Un espíritu lo ve todo tal y como lo definen la voluntad y la memoria, y es por ello que están tan perdidos cuando cruzan el Velo. En nuestro mundo, la imaginación no tiene sustancia. Los objetos existen con independencia de cómo los recordemos o de las emociones que asociemos con ellos. Solo los magos tienen el poder de cambiar el mundo con su mene, y quizás eso explique la naturaleza de la atracción que los demonios sienten por ellos, ¿quién sabe?
Sea como sea, el acto de atravesar el Velo es más un cambio de las percepciones propias que una transición física. El Velo es una idea, es el propio acto de transición, y solo del hecho de que tanto seres vivos como los espíritus encuentren difícil esa transición explica que se tenga al Velo como a una barrera física.
-De Una disertación sobre el velo como manifestación física, de Mareno, encantador superior del Círculo de los Hechiceros de Minrathous, 6:55 del Acero.
Re: El Velo: Más allá de la cortina del sueño.
La Ciudad Negra.
A ningún visitante del Velo le pasa inadvertida la ciudad negra. Es una de las pocas constantes que existen en ese lugar eternamente cambiante. Estéis donde estéis, la ciudad siempre resulta visible (y siempre distante, porque parece que la única realidad geográfica en el Velo es que todos los puntos son equidistantes con respeto a la Ciudad Negra).
Dice el Cantar que la Ciudad Negra fue una vez la casa del Hacedor, el lugar desde el que gobernaba el Velo y que dejó abandonada cuando el hombre le dio la espalda. Los soñadores nunca la visitan, ni tampoco los espíritus. Hasta los más poderosos demonios parecen rehuirla.
Según cuenta la leyenda, era dorada y hermosa, pero entonces, un grupo de poderosos maeses del imperio de Tevinter dio con el modo de irrumpir en ella. Al hacerlo, su presencia contaminó la ciudad, que se volvió totalmente negra.
-De Más allá del Velo: espíritus y demonios, del encantador Mirdromel.
A ningún visitante del Velo le pasa inadvertida la ciudad negra. Es una de las pocas constantes que existen en ese lugar eternamente cambiante. Estéis donde estéis, la ciudad siempre resulta visible (y siempre distante, porque parece que la única realidad geográfica en el Velo es que todos los puntos son equidistantes con respeto a la Ciudad Negra).
Dice el Cantar que la Ciudad Negra fue una vez la casa del Hacedor, el lugar desde el que gobernaba el Velo y que dejó abandonada cuando el hombre le dio la espalda. Los soñadores nunca la visitan, ni tampoco los espíritus. Hasta los más poderosos demonios parecen rehuirla.
Según cuenta la leyenda, era dorada y hermosa, pero entonces, un grupo de poderosos maeses del imperio de Tevinter dio con el modo de irrumpir en ella. Al hacerlo, su presencia contaminó la ciudad, que se volvió totalmente negra.
-De Más allá del Velo: espíritus y demonios, del encantador Mirdromel.
Las Mil Legiones :: Ferelden :: Códices
Página 1 de 1.
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.