Registro de PnJ
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Registro de PnJ
Con el fin de daros información concerniente a personajes no jugadores, os facilitaremos a lo largo del juego un listado con éstos personajes para su inserción en tramas, de forma que logréis avanzar en las historias. Poco a poco, la Administración irá aportando personajes útiles que podrán encontrarse en determinados sitios, normalmente, emplazamientos fijos para una mejor ubicación en el mapa.
Como ya se anunció en el FAQ de Roleo e Interpretación, algunos PnJ gozan de los privilegios de un personaje jugador, siendo imposible eliminarlos a menos que, la Administración dé la carta blanca para ello. Pensad que los PnJ son claves para algunas tramas, para encontrar algunas facciones dentro de Ferelden y una inagotable fuente de información. Eliminarlos podría imposibilitaros alcanzar ciertas metas o conseguir algunos objetivos dentro de la historia... Además, algunos de ellos pueden daros nuevas tramas que seguir, misiones y búsquedas que os recompensen con oro, objetos o grandes beneficios.
Los PnJ no seguirán el estilo de ficha de los usuarios, sino que se dará una descripción física lo más descriptiva posible y unas pautas de carácter; el equipo y su historia permancerán como información vedada, al menos, lo más importante y crucial... No vamos a deciros quien es un guarda gris ni quien puede enseñaros magia arcana sin más... Los beneficios hay que lograrlos por uno mismo.
Como ya se anunció en el FAQ de Roleo e Interpretación, algunos PnJ gozan de los privilegios de un personaje jugador, siendo imposible eliminarlos a menos que, la Administración dé la carta blanca para ello. Pensad que los PnJ son claves para algunas tramas, para encontrar algunas facciones dentro de Ferelden y una inagotable fuente de información. Eliminarlos podría imposibilitaros alcanzar ciertas metas o conseguir algunos objetivos dentro de la historia... Además, algunos de ellos pueden daros nuevas tramas que seguir, misiones y búsquedas que os recompensen con oro, objetos o grandes beneficios.
Los PnJ no seguirán el estilo de ficha de los usuarios, sino que se dará una descripción física lo más descriptiva posible y unas pautas de carácter; el equipo y su historia permancerán como información vedada, al menos, lo más importante y crucial... No vamos a deciros quien es un guarda gris ni quien puede enseñaros magia arcana sin más... Los beneficios hay que lograrlos por uno mismo.
Re: Registro de PnJ
Nadia Cousland, reina de Ferelden
Los años han pasado sin misericordia ni gloria para nadie, salvo para la reina de Ferelden. Muchos hablan de su aguda inteligencia, otros de su templanza pero casi todos alababan su belleza. Siendo una joven florecía bajo el sol radiante, y cautivadora; sin embargo, la madurez le ha otorgado una estela de serena belleza. De cabellos oscuros como el ala de un cuervo aunque su edad la distancia de la juventud, su rostro se perfila dulce y solemne esculpido por diestras manos de artesano que labran el más delicado ámbar; sus ojos poseen el color de las cortezas de los árboles jóvenes y siguen mirando con la misma intensidad. La reina es una figura solemne y tranquila, de apariencia inescrutable bajo la forma de una mujer que ha vivido el fragor de la batalla en su piel.
Nadia Cousland siempre fue una mujer de carácter fuerte e inquisitivo, propensa a decir en voz alta cuanto pensaba sin miedo a las consecuencias, pero la traición del arl Howe y la ruina la transformaron. Las continuas batallas y los esfuerzos por sobrevivir en la adversidad hicieron de ella una aguerrida luchadora, templada y firme; su voz se alzaba por encima de los demás imponiendo órdenes que todos acataban sin vacilar. Por entonces, Nadia ya comenzaba a sentir en su piel el poder del liderazgo y la autoridad. Pese a ello, muchos bardos todavía cantan viejas melodías donde se ensalzaban las dotes de una mujer sonriente y dulce como la miel.
Tras la Ruina, ya se había forjado una nueva reina para Ferelden. Su matrimonio con Alistair hizo de ella una mujer más serena y satisfecha, mostrándose como una soberana transigente a la vez que firme con grandes dotes para el liderazgo y la diplomacia. El pueblo la quería tanto como respetaban a su rey y eso, le dio gran dicha durante muchos años.
Sin embargo, la reina se apaga. La chispa brillante y enérgica de la soberana se ha comenzado a apagar desde la muerte del rey, sumiéndola en un pozo de amargura. Su voz se ha tiznado de dolor, sus ojos se han apagado como si su esposo fuera la única cosa importante de su reino. La reina se comporta como siempre, dirigiendo Ferelden tanto como le permiten sus fuerzas sin embargo, sigue siendo un hueso duro de roer.
Los años han pasado sin misericordia ni gloria para nadie, salvo para la reina de Ferelden. Muchos hablan de su aguda inteligencia, otros de su templanza pero casi todos alababan su belleza. Siendo una joven florecía bajo el sol radiante, y cautivadora; sin embargo, la madurez le ha otorgado una estela de serena belleza. De cabellos oscuros como el ala de un cuervo aunque su edad la distancia de la juventud, su rostro se perfila dulce y solemne esculpido por diestras manos de artesano que labran el más delicado ámbar; sus ojos poseen el color de las cortezas de los árboles jóvenes y siguen mirando con la misma intensidad. La reina es una figura solemne y tranquila, de apariencia inescrutable bajo la forma de una mujer que ha vivido el fragor de la batalla en su piel.
Nadia Cousland siempre fue una mujer de carácter fuerte e inquisitivo, propensa a decir en voz alta cuanto pensaba sin miedo a las consecuencias, pero la traición del arl Howe y la ruina la transformaron. Las continuas batallas y los esfuerzos por sobrevivir en la adversidad hicieron de ella una aguerrida luchadora, templada y firme; su voz se alzaba por encima de los demás imponiendo órdenes que todos acataban sin vacilar. Por entonces, Nadia ya comenzaba a sentir en su piel el poder del liderazgo y la autoridad. Pese a ello, muchos bardos todavía cantan viejas melodías donde se ensalzaban las dotes de una mujer sonriente y dulce como la miel.
Tras la Ruina, ya se había forjado una nueva reina para Ferelden. Su matrimonio con Alistair hizo de ella una mujer más serena y satisfecha, mostrándose como una soberana transigente a la vez que firme con grandes dotes para el liderazgo y la diplomacia. El pueblo la quería tanto como respetaban a su rey y eso, le dio gran dicha durante muchos años.
Sin embargo, la reina se apaga. La chispa brillante y enérgica de la soberana se ha comenzado a apagar desde la muerte del rey, sumiéndola en un pozo de amargura. Su voz se ha tiznado de dolor, sus ojos se han apagado como si su esposo fuera la única cosa importante de su reino. La reina se comporta como siempre, dirigiendo Ferelden tanto como le permiten sus fuerzas sin embargo, sigue siendo un hueso duro de roer.
Re: Registro de PnJ
Zoltan Boros, Primer Encantador
En lo más alto de la Torre del Círculo de Hechiceros se encuentra el máximo dirigente de los repudiados y condenados a padecer el mal de la magia. Zoltan es más viejo de lo que parece y aunque su piel, oscura como el ébano y su pelo se ha tornado de plata; sus ojos resplandecen bajo una intensidad abrumadora. Zoltan puede parecer estrambótico y excéntrico… verdaderamente lo es. Su aspecto poco convencional es la comidilla de todos los aprendices, y no tan aprendices, de la torre.
Carismático, elocuente y muy persistente son atributos que el Primer Encantador enarbola con suma destreza hacia todo aquel que se precipita en su despacho. El talante del Primer Encantador es algo peligroso a la par que singular, ya que muy pocos dirigentes de la Torre de Magos ha conseguido dotar de fama un puesto tan comprometido y con tanta responsabilidad. Zoltan es excéntricamente educado y cordial, de una palabrería embaucadora y seductora capaz de disuadir al más terco templario; se muestra como un hombre reservado pero simpatizante con cualquier doctrina mágica (a excepción de los maleficarum) siempre que sirva para mejorar la posición de los magos en el esquema del mundo. Es liberal, innovador y con una gran iniciativa, por lo que siempre está proponiendo pruebas, experimentos o cualquier cosa que se pueda llevar a cabo dentro de sus dominios. Adora aleccionar a aprendices sobretodo, cuando muestran un potencial por encima de lo normal o el caso contrario, en aprendices cuyo potencial es casi absurdo.
Zoltan Boros lleva década y media a cargo del Círculo de Hechiceros desde que el anterior murió de vejez, desde entonces casi ha dado un giro en las reformas que se estaba ejecutando en la desvencijada torre. Sus ideas transgresoras y su talante exaltado hicieron que la torre no se hundiera en la miseria bajo el jugo de los templarios y las protestas de la Capilla. Boros no es apreciado en los círculos más cerrados en las doctrinas que coquetean con el Cantar de la Luz y el Hacedor, pero ha conseguido que parte de los prejuicios contra los magos comiencen a perder peso ante sus indiscutibles argumentos.
Carismático, elocuente y muy persistente son atributos que el Primer Encantador enarbola con suma destreza hacia todo aquel que se precipita en su despacho. El talante del Primer Encantador es algo peligroso a la par que singular, ya que muy pocos dirigentes de la Torre de Magos ha conseguido dotar de fama un puesto tan comprometido y con tanta responsabilidad. Zoltan es excéntricamente educado y cordial, de una palabrería embaucadora y seductora capaz de disuadir al más terco templario; se muestra como un hombre reservado pero simpatizante con cualquier doctrina mágica (a excepción de los maleficarum) siempre que sirva para mejorar la posición de los magos en el esquema del mundo. Es liberal, innovador y con una gran iniciativa, por lo que siempre está proponiendo pruebas, experimentos o cualquier cosa que se pueda llevar a cabo dentro de sus dominios. Adora aleccionar a aprendices sobretodo, cuando muestran un potencial por encima de lo normal o el caso contrario, en aprendices cuyo potencial es casi absurdo.
Zoltan Boros lleva década y media a cargo del Círculo de Hechiceros desde que el anterior murió de vejez, desde entonces casi ha dado un giro en las reformas que se estaba ejecutando en la desvencijada torre. Sus ideas transgresoras y su talante exaltado hicieron que la torre no se hundiera en la miseria bajo el jugo de los templarios y las protestas de la Capilla. Boros no es apreciado en los círculos más cerrados en las doctrinas que coquetean con el Cantar de la Luz y el Hacedor, pero ha conseguido que parte de los prejuicios contra los magos comiencen a perder peso ante sus indiscutibles argumentos.
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Elighor Entura, Caballero Comandante
Todos guardan silencio cuando la amenazante sombra del caballero comandante aparece por los pasillos más oscuros de la torre, pues cuando eso ocurre, todos saben que algo va a suceder. Elighor Entura el Caballero Comandante de los Templarios se ha ganado su fama a pulso entre su intransigencia y sus decisiones aterradoramente imparciales.
Elighor es un hombre alto y fornido, de una complexión más que impresionante aunque ronda la cuarentena y las preocupaciones han comenzado a hacer mella en él. Los brazos de Elighor son gruesos como barriles, sus fuertes piernas incansables así como lo es fu férrea voluntad. Del piel atezada y cabello prematuramente canoso que siempre lleva cuidadosamente cortado, sus ojos del color del ámbar expresan con claridad todo lo que desea sin necesidad de recurrir a las palabras. Normalmente viste la túnica reglamentaria de los templarios de color amarillo y púrpura, aunque también suele llevar una cota de mallas y varias piezas metálicas en piernas, brazos y hombros, además de su gruesa espada sujeta al cinto.
Entura es joven para ser Caballero Comandante y asumió el puesto con mucha desgana; pese a la apariencia aterradora y sus aires de muerte, Elighor no soporta que le digan lo que ha de hacer. Es contundente en sus discursos y decisiones, pero es muy comprometido con su causa, la cual considera esencial en el mundo; aunque no es dado a otorgar concesiones mantiene su palabra una vez la ha dado ya que su acentuado sentido del honor le impide negar una promesa dada.
El Caballero Comandante se considera guerrero antes de clérigo, por lo que sus obligaciones con la Capilla siempre están llenas de tiranteces, no obstante mantiene con ferviente celo su deber en el Círculo de Hechiceros. Ha saboreado de primera mano la devastación que un mago puede provocar y es algo, que lo dejó marcado durante sus años como templario. Su agrado hacia la magia es nulo, por lo que su paciencia también mengua en cuanto tiene que lidiar con ellos, adoptando un papel intransigente y a veces, cruel. Elighor no siente afecto ninguno por las personas tocadas por la magia ni es capaz de profesarles ningún sentimiento, para él, no son más que meros cebos que algún día serán comidos por un pez mayor.
Todos guardan silencio cuando la amenazante sombra del caballero comandante aparece por los pasillos más oscuros de la torre, pues cuando eso ocurre, todos saben que algo va a suceder. Elighor Entura el Caballero Comandante de los Templarios se ha ganado su fama a pulso entre su intransigencia y sus decisiones aterradoramente imparciales.
Elighor es un hombre alto y fornido, de una complexión más que impresionante aunque ronda la cuarentena y las preocupaciones han comenzado a hacer mella en él. Los brazos de Elighor son gruesos como barriles, sus fuertes piernas incansables así como lo es fu férrea voluntad. Del piel atezada y cabello prematuramente canoso que siempre lleva cuidadosamente cortado, sus ojos del color del ámbar expresan con claridad todo lo que desea sin necesidad de recurrir a las palabras. Normalmente viste la túnica reglamentaria de los templarios de color amarillo y púrpura, aunque también suele llevar una cota de mallas y varias piezas metálicas en piernas, brazos y hombros, además de su gruesa espada sujeta al cinto.
Entura es joven para ser Caballero Comandante y asumió el puesto con mucha desgana; pese a la apariencia aterradora y sus aires de muerte, Elighor no soporta que le digan lo que ha de hacer. Es contundente en sus discursos y decisiones, pero es muy comprometido con su causa, la cual considera esencial en el mundo; aunque no es dado a otorgar concesiones mantiene su palabra una vez la ha dado ya que su acentuado sentido del honor le impide negar una promesa dada.
El Caballero Comandante se considera guerrero antes de clérigo, por lo que sus obligaciones con la Capilla siempre están llenas de tiranteces, no obstante mantiene con ferviente celo su deber en el Círculo de Hechiceros. Ha saboreado de primera mano la devastación que un mago puede provocar y es algo, que lo dejó marcado durante sus años como templario. Su agrado hacia la magia es nulo, por lo que su paciencia también mengua en cuanto tiene que lidiar con ellos, adoptando un papel intransigente y a veces, cruel. Elighor no siente afecto ninguno por las personas tocadas por la magia ni es capaz de profesarles ningún sentimiento, para él, no son más que meros cebos que algún día serán comidos por un pez mayor.
Re: Registro de PnJ
Danastia Firdenan, Suma Sacerdotisa
Las palabras, dulces y entonadas que resuenan en el templo nacen y mueren en la garganta de esta menuda mujer. Danastia Firdenan ha sido toda su vida una devota seguidora del Cantar de la Luz hasta que un día le llegó su recompensa.
Danastia es una mujer mayor, de figura pequeña y gruesa como el tronco de un roble que roza inexorablemente una edad que coquetea con la muerte. Sus formas se han perdido con el paso de los años desvaneciéndose como un fugaz sueño; su cabello blanco como la nieve está siempre cuidadosamente recogido en un complicado laberinto, mientras sus ojos acuosos y lívidos observan cualquier gesto y detalle con avidez, como un ave de rapiña. Viste con opulencia, luciendo su posición como si fuera un grueso anillo de oro.
Durante muchos años, la segunda hija de los Firdenan promulgó el Cantar de la Luz por todos los oscuros e impíos lugares de Ferelden, llevando consigo al devoción ciega hacia el Hacedor. Con el tiempo, Danastia consiguió que sus grandes esfuerzos la condujeran hasta un convento en Denerim, donde hizo todo lo posible por seguir ascendiendo. Danastia es una mujer ambiciosa que exige más de lo que promete; es una diestra oradora y sabe como blandir las lecciones del Cantar contra aquellos que osan contradecirla. Sus escrúpulos no tienen reparos y atizan por igual a inocentes y a culpables, a devotos y apóstatas sin importar las razones.
Fue eso, su exaltada ambición la que hicieron que la Divina de Val Royeaux la colocase como Suma Sacerdotisa de Ferelden. Danastia vio cumplido su propósito y así pudo imponer sus férreas doctrinas sobre los toscos fereldenos. Danastia tomó el puesto tras la Ruina cuando el pueblo más necesitaba de la divina protección del Hacedor y eso, junto a sus acalorados discursos frente a la nobleza y los reyes, hicieron que se granjeará numerosos afectos.
Las palabras, dulces y entonadas que resuenan en el templo nacen y mueren en la garganta de esta menuda mujer. Danastia Firdenan ha sido toda su vida una devota seguidora del Cantar de la Luz hasta que un día le llegó su recompensa.
Danastia es una mujer mayor, de figura pequeña y gruesa como el tronco de un roble que roza inexorablemente una edad que coquetea con la muerte. Sus formas se han perdido con el paso de los años desvaneciéndose como un fugaz sueño; su cabello blanco como la nieve está siempre cuidadosamente recogido en un complicado laberinto, mientras sus ojos acuosos y lívidos observan cualquier gesto y detalle con avidez, como un ave de rapiña. Viste con opulencia, luciendo su posición como si fuera un grueso anillo de oro.
Durante muchos años, la segunda hija de los Firdenan promulgó el Cantar de la Luz por todos los oscuros e impíos lugares de Ferelden, llevando consigo al devoción ciega hacia el Hacedor. Con el tiempo, Danastia consiguió que sus grandes esfuerzos la condujeran hasta un convento en Denerim, donde hizo todo lo posible por seguir ascendiendo. Danastia es una mujer ambiciosa que exige más de lo que promete; es una diestra oradora y sabe como blandir las lecciones del Cantar contra aquellos que osan contradecirla. Sus escrúpulos no tienen reparos y atizan por igual a inocentes y a culpables, a devotos y apóstatas sin importar las razones.
Fue eso, su exaltada ambición la que hicieron que la Divina de Val Royeaux la colocase como Suma Sacerdotisa de Ferelden. Danastia vio cumplido su propósito y así pudo imponer sus férreas doctrinas sobre los toscos fereldenos. Danastia tomó el puesto tras la Ruina cuando el pueblo más necesitaba de la divina protección del Hacedor y eso, junto a sus acalorados discursos frente a la nobleza y los reyes, hicieron que se granjeará numerosos afectos.
Re: Registro de PnJ
Garrus Cardinan, Capitán de la Guardia de Denerim
Garrus Cardinan
Este hombre curtido y de aspecto poco afable, se pasea por el distrito del mercado en busca de problemas que solventar a base de buen jarabe de palos. Alto y de anchas espaldas, sus gruesos brazos son un aliciente más que suficiente para no acercarse a él; de aspecto hostil, su rostro duro y de rasgos contundentes enfatizan una sensación más que amedrentadora. Sus ojos de un azul impoluto miran con frialdad e indiferencia hasta que algo lo saca de su estado; su pelo es castaño claro y lo suele llevar muy corto, junto a una descuidada barba de varios días. Normalmente, va ataviado con una cota de mallas y un gabán de cuero tachonado, junto con perneras de metal y brazales. Es fácil verlo pasear con una espada larga en el cinto y un escudo a la espalda.
Garrus Cardinan es una mole intimidante deseosa de encontrar un problema que solventar. Hosco y parco, Garrus no entra en juegos políticos que no impliquen espadas y sangre; sabe cual es su deber y lo cumple a ciegas y sin preguntar. Aunque puede parecer un bruto descerebrado, es un hábil dirigente capaz de coartar las más prolíferas revoluciones entre sus hombres sin perder de vista a los rateros que pueblan el mercado. Pese a que su liderazgo se base en una figura casi tiránica, es un hombre justo y leal.
Garrus es el capitán de la guardia de Denerim. Entró al servicio tras la gran asamblea pero no llegó a ejecutar su función hasta que la Ruina hubo terminado, tras eso, el rey Alistair lo nombró capitán de la guardia gracias a sus increíbles credenciales. Garrus es un hombre sencillo al que le gusta su trabajo y cuya lealtad no entiende de bandos.
Garrus Cardinan
Este hombre curtido y de aspecto poco afable, se pasea por el distrito del mercado en busca de problemas que solventar a base de buen jarabe de palos. Alto y de anchas espaldas, sus gruesos brazos son un aliciente más que suficiente para no acercarse a él; de aspecto hostil, su rostro duro y de rasgos contundentes enfatizan una sensación más que amedrentadora. Sus ojos de un azul impoluto miran con frialdad e indiferencia hasta que algo lo saca de su estado; su pelo es castaño claro y lo suele llevar muy corto, junto a una descuidada barba de varios días. Normalmente, va ataviado con una cota de mallas y un gabán de cuero tachonado, junto con perneras de metal y brazales. Es fácil verlo pasear con una espada larga en el cinto y un escudo a la espalda.
Garrus Cardinan es una mole intimidante deseosa de encontrar un problema que solventar. Hosco y parco, Garrus no entra en juegos políticos que no impliquen espadas y sangre; sabe cual es su deber y lo cumple a ciegas y sin preguntar. Aunque puede parecer un bruto descerebrado, es un hábil dirigente capaz de coartar las más prolíferas revoluciones entre sus hombres sin perder de vista a los rateros que pueblan el mercado. Pese a que su liderazgo se base en una figura casi tiránica, es un hombre justo y leal.
Garrus es el capitán de la guardia de Denerim. Entró al servicio tras la gran asamblea pero no llegó a ejecutar su función hasta que la Ruina hubo terminado, tras eso, el rey Alistair lo nombró capitán de la guardia gracias a sus increíbles credenciales. Garrus es un hombre sencillo al que le gusta su trabajo y cuya lealtad no entiende de bandos.
Re: Registro de PnJ
Drydenn Tir Na N'og, Custodio dalishano
Durante más años de los que la memoria puede recordar, el Clan dalishano de Brecilia ha estado vigilado y cuidado por este viejísimo elfo. Nadie recuerda los días en los que Drydenn fue joven, tanto que algunos piensan que verdaderamente es inmortal. Drydenn es un anciano elfo de aspecto ajado y piel arrugada, de penetrantes ojos negros y mirada severa; mantiene siempre una postura erguida y autoritaria, deambulando por los arabeles como si escuchase las voces del otro lado del Velo.
Drydrenn lleva muchas generaciones velando por la seguridad del Clan, lo que le ha forzado a tomar decisiones duras e inflexibles; entiende su responsabilidad con los suyos como una tarea demasiado pesada para hombros poco firmes, por ello, se muestra intransigente e imperativo en sus ordenanzas. Es exigente con los suyos, acto reflejo de su necesidad imperiosa de seguridad en el clan; a menudo se acritud ha caído como una losa sobre los demás elfos pero Drydenn no tiene contemplaciones mientras la integridad del clan siga vigente.
Los humanos son una lacra a la que Drydenn no daría ni un soplo de aire; su historia sangrienta y llena de necedades ha hecho que sean una raza estúpida y beligerante que supone una grave amenaza para ellos. El viejo Custodio no tolera a los humanos, su infancia estuvo marcada por numerosos hechos que atestiguan y solidifican sus amargos rencores.
Durante más años de los que la memoria puede recordar, el Clan dalishano de Brecilia ha estado vigilado y cuidado por este viejísimo elfo. Nadie recuerda los días en los que Drydenn fue joven, tanto que algunos piensan que verdaderamente es inmortal. Drydenn es un anciano elfo de aspecto ajado y piel arrugada, de penetrantes ojos negros y mirada severa; mantiene siempre una postura erguida y autoritaria, deambulando por los arabeles como si escuchase las voces del otro lado del Velo.
Drydrenn lleva muchas generaciones velando por la seguridad del Clan, lo que le ha forzado a tomar decisiones duras e inflexibles; entiende su responsabilidad con los suyos como una tarea demasiado pesada para hombros poco firmes, por ello, se muestra intransigente e imperativo en sus ordenanzas. Es exigente con los suyos, acto reflejo de su necesidad imperiosa de seguridad en el clan; a menudo se acritud ha caído como una losa sobre los demás elfos pero Drydenn no tiene contemplaciones mientras la integridad del clan siga vigente.
Los humanos son una lacra a la que Drydenn no daría ni un soplo de aire; su historia sangrienta y llena de necedades ha hecho que sean una raza estúpida y beligerante que supone una grave amenaza para ellos. El viejo Custodio no tolera a los humanos, su infancia estuvo marcada por numerosos hechos que atestiguan y solidifican sus amargos rencores.
Re: Registro de PnJ
Nelora Lissenai, aprendiz del Custodio
Bajo la sombra del Custodio, florece una bella y exultante flor. De piel pálida como el alabastro más fino, sus tatuajes de sangre contrastan con letal ferocidad en su rostro cincelado, que su gracia se torna letal y embriagadoramente letal. Sus ojos ovalados y de un intenso verde esmeralda, observan con la inocencia de una cervatilla y la fiereza de un gran felino, siempre atenta a cada movimiento a cada detalle. Nelora es esbelta como un cisne y de tal gracia, que las brisas más amables y los rayos de sol del verano, palidecen a su lado; de brazos firmes y torneados, piernas largas y sinuosas, y curvas candentes, envuelve su piel alabastrina con túnicas suaves y ajustadas que la definen como si fueran agua. Lleva, la melena oscura como la noche, recogida en una larga trenza.
Nelora es una perspicaz y astuta elfa dalishana, de palabras firmes y muy segura de sí misma, que no titubea bajo ningún concepto. Es la aprendiza de Drydenn y eso, la ha afectado mucho, siendo más exigente consigo misma de lo que pudo haber sido; sin embargo, Nelora lo acepta como un desafío ya que sabe que ella será la siguiente en tomar la responsabilidad del clan, porque no hay nadie más capacitado que ella para semejante labor. Es ambiciosa y carismática, impregna en sus discursos un toque casi hechizante que sería capaz de disuadir al más terco. No muestra demasiados escrúpulos a la hora de conseguir lo que quiere, siempre una destreza inusual para que sus ambiciones parezcan ingenuas y abnegadas.
Dryden tomó a Nelora como su aprendiz a sabiendas de cómo era; por su parte, la joven elfa, lleva a cabo sus labores con la mayor de las diligencias mostrando su infinita paciencia hasta que el Custodio se reúna con sus antepasados. Nelora tiene proyectos, ambiciosos que darán a los suyos la posición que se merecen tras tantos años de padecimiento gracias a los humanos. Nelora confiesa que no loe gustan, abiertamente; no teme las represalias de Dryden ya que todavía no ha tomado cartas en el asunto. Se rumorea que Nelora quiere devolver a los suyos de nuevo, su inmortalidad.
Bajo la sombra del Custodio, florece una bella y exultante flor. De piel pálida como el alabastro más fino, sus tatuajes de sangre contrastan con letal ferocidad en su rostro cincelado, que su gracia se torna letal y embriagadoramente letal. Sus ojos ovalados y de un intenso verde esmeralda, observan con la inocencia de una cervatilla y la fiereza de un gran felino, siempre atenta a cada movimiento a cada detalle. Nelora es esbelta como un cisne y de tal gracia, que las brisas más amables y los rayos de sol del verano, palidecen a su lado; de brazos firmes y torneados, piernas largas y sinuosas, y curvas candentes, envuelve su piel alabastrina con túnicas suaves y ajustadas que la definen como si fueran agua. Lleva, la melena oscura como la noche, recogida en una larga trenza.
Nelora es una perspicaz y astuta elfa dalishana, de palabras firmes y muy segura de sí misma, que no titubea bajo ningún concepto. Es la aprendiza de Drydenn y eso, la ha afectado mucho, siendo más exigente consigo misma de lo que pudo haber sido; sin embargo, Nelora lo acepta como un desafío ya que sabe que ella será la siguiente en tomar la responsabilidad del clan, porque no hay nadie más capacitado que ella para semejante labor. Es ambiciosa y carismática, impregna en sus discursos un toque casi hechizante que sería capaz de disuadir al más terco. No muestra demasiados escrúpulos a la hora de conseguir lo que quiere, siempre una destreza inusual para que sus ambiciones parezcan ingenuas y abnegadas.
Dryden tomó a Nelora como su aprendiz a sabiendas de cómo era; por su parte, la joven elfa, lleva a cabo sus labores con la mayor de las diligencias mostrando su infinita paciencia hasta que el Custodio se reúna con sus antepasados. Nelora tiene proyectos, ambiciosos que darán a los suyos la posición que se merecen tras tantos años de padecimiento gracias a los humanos. Nelora confiesa que no loe gustan, abiertamente; no teme las represalias de Dryden ya que todavía no ha tomado cartas en el asunto. Se rumorea que Nelora quiere devolver a los suyos de nuevo, su inmortalidad.
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